domingo, 26 de octubre de 2008

Nota póstuma de un piano

El silencio se convierte en motas,
En violentos ecos de siglos pasados.
Remotamente mi cuerpo
Sostiene su vieja esencia,
Misma que se disfraza y se adorna,
Hermosa en principio,
Lenta y pausada por el tiempo,
Rota en la guerra….

Mi canto no se oirá más,
Solo el lamento sordo del polvo
Agazapado sobre mi voz,
Y el violento rastro de las manos inconformes,
Desesperadas e ignorantes
Que ahogaron todo resabio de belleza.

Sombras veo a través de mi piel,
Borrosos resabios de luz que me confunden,
Me vuelven inconforme del silencio,
De mi sumisión… de mi rezago…
Todo en cuanto a mi fantasmal visión,
Será por siempre una fotografía abandonada,
Una expresión de redundante tristeza olvidada…

En tiempo caeré,
Pedazos de ruido serán mi legado,
Antiguas melodías mi fiesta en la muerte.
Me destruiré con mi último grito
Y nadie escuchará más
Mi desolación y cansancio…
El viento se llevará mi huésped de hojarasca,
Mis astillas se separarán y se unirán a él…

No hay comentarios: