viernes, 9 de mayo de 2008

El espejo roto

Fallecí hace una hora…
De a poco mis manos tientan el vacío,
Buscan lo que han buscado en vida.
Mis ojos encuentran el espejo roto…
Sin mi reflejo esta vez.
Quisiera tener miedo.
Sería menos desesperante que la nada.

Sentiría al menos impotencia
Al ver mi cuerpo destrozado
Y mi mirada fija en el cielo gris
Que me devuelve lágrimas
Y se lleva mi sangre.

Sentiría tristeza por el hombre,
Apenas conciente de su locura
De que no puede reconstruir la vida
Que ha roto en añicos.

Sentiría al menos dolor…
Y así estaría viva.

Sentiría mi carne y evitaría la pena
De que mis padres vieran mi cuerpo lleno de mis propios reflejos
En estrellas antes protectoras
De mi verdugo accidental.

Sentiría el ruido en mis oídos,
Los gritos de los niños…
La sirena… el altavoz…
El llanto… las esposas…

Sentiría el brillo de la luz absorbente,
Llamándome para que rinda cuentas,
Reclamando que se hace tarde.
¿No se suponía que aquí no existiría el tiempo y el deber?

Sentiría mis labios…
Podría decir: “te amo”
En respuesta a un beso tibio,
Con único testigo
Al espejo roto sin mi reflejo,
Sin el de mi tierno amante,
Pues ya no veo nada.

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